Tengo tu nombre colgado de mis papeles blancos
Como un nido de pájaros huidos
Mi pluma torpemente abandonada
Te reclama en el invisible suspiro de mis dedos.
Estoy llenando los huecos
Que dejan en mi carne tus ausencias.
Entre el silencio y el sueño
Queda un cielo sangrando
Donde los vuelos perdidos de mis ojos
Se pierden con las palabras de mi boca.
Tú eres tú…
Y te me vas
Como la madurez de los racimos
Como la arena lenta del mar, y frágil,
Como el suave olor de las magnolias.
Como un desnudo cielo
De luceros enterrados.
No te vayas esta noche de mi lecho,
Vuelve a mirar mi cielo,
Devuélveme el consuelo de tus besos
Y RECUERDA QUE SIGO ENAMORADO.
Manuel Guerra Abril 2010
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